Dormí esquivo, sobre el imperfecto bulto de un ruido.
Voy manchado de laberintos, lleno de perros y estructuras geográficas por doblar.
Similitud algebraica en el sol nefasto de un arpegio.
Estoy en cuclillas, vigilado por un éter hombre sin alas,
indivisible, roto y escondido en el filo de asteriscos y padrenuestros.
Hay una voz tan antigua por reescribir en esta vigilia,
como queriendo escapar,
lo que va dentro de la esperma de un ave inconmensurable.
Fotografía: Robert y Shana ParkeHarrison