Somos el arte oscuro de armar paralogismos para
aguantar el silencio que nos espía sin misericordia.
Arrastramos los cuencos de un fragmento de miedo.
Hemos exiliado sombras rotas en palabras muy delgadas.
Y nos duele la similitud de un espacio vacío,
al hijo que llevamos criando en la imaginación de una vigilia azul.
Todo tiembla en los lugares donde el corazón solía desdoblar
una pista, para calentar la sangre del amor.
Fotografía Pinterest