Algo sonoro me espía, casi mordiéndome, en círculos fijos a mi pecho,
vertebra convexa hacia el silencio.
Persistencia de largas ausencias, me besa en los toldos de mi imaginación,
van quemando el sentido horizontal de las penas, en vasijas forzadas a lo lento
a lo rojo, a lo pesado de un viejo origen inexacto de abreviaturas.
Y en aquel vientre de hojas y húmedas epopeyas se rebela un héroe disfrazado
de artefactos serpias, sobresaliendo una ligera arma de cenizas vocal,
y otras parábolas dentro del trigo, y la palidez del trote ámbar antiguo.
En la cima de estas cavilaciones brota aire sobre un jinete,
serias cantidades de números a lo impar del opio.
Respiro barcos y alteraciones, variaciones sumergibles, espesas eternidades.
Y el fantasma huye al centro inocuo del miedo,
empapado de lo que nunca sabrá por el óxido profético de su lamento sin edad…
Y el héroe sabrá criar gallinas, y criar balas en sus ojos cerrados en algún retrato nupcial.
Fotografía, Pinterest