Suenas como un arpegio desnudándose en el tacto de un silencio.
En tu alma ha germinado un ave, un periscopio…
y una fruta frontal amarilla, líquida…
Pura estrofa nacida de alguna lluvia primitiva.

Y deshaces el camino de vuelta a mi olvido,
como el canto de una musa desbordada,
en el ocaso de un verso que no perdona,
pues te acuno entre las líneas de un poema,
trémulo, taciturno en la distancia que le separa de mi boca;
y no me atrevo a pronunciarte…
Temo que me devore cada sílaba de tu nombre si lo hago.

Pronúnciame, bébeme, en la distancia de una palabra
al desnudarse en una sombra hermafrodita.
El peso de una orilla se resbala en el cuenco de un breve azul.
Y un sonido anida su temperatura a fuego lento,
en las comillas anguladas de nuestras sonrisas.

Y yo, que no sé más que morir en el intento vano de evitar el silencio,
derrocho el verso que brota lamiendo el borde herido de mis dedos,
para acunarlo entre los horizontes que dibujas en el perfil impoluto de otro sueño.

¿Quién es Inanna?
Inanna es una poeta a quien admiro mucho. Explora con agudeza y profundidad el espectro de las emociones. Sabe traducir e interpretar con sensibilidad el orden de las cosas y transmutar los sonidos invisibles de la existencia en lúcidos poemas y relatos. Es un honor grande haber hecho esta colaboración poética con tan ilustre poeta.

Ella nos conmueve, y dice:
«He descendido demasiadas veces al Irkalla como para saber que nadie sale ileso. Por eso, siempre busco un verso de poder aferrarme antes de volver a naufragar a la deriva de otro silencio consentido. Continúo preguntándome qué será escribir bien. Creo que nunca lo sabré, pero a pesar de todo, sigo intentándolo todos los días».

La puedes leer en:
https://inannastm.wordpress.com

Twitter
@InannaStM