Soy el lado opuesto de tu amanecer, por eso suelo llover, cuando tu despiertas…
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Lastimé un suspiro y una lágrima de oscuridad abrió un género de luz donde había un silencio
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Todas las distancias de mi memoria se fecundan entre tus ojos y el mar
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Fuimos puños y aves, libertad y tierra salvaje.
¿Quién contra la raíz, quien contra la piedra?
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El muerto llevaba un orificio en el alma. Un disparo certero en la sangre de su memoria. Todo es tan incierto cuando la muerte no alcanza a esquivar la herida de la vida
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Ahora me verán torcido de sepias y oliendo a filos de oscuridad, manchado de humedad, indómito, secreto, indivisible… mis ojos están llenos de arcilla… Soy una raíz
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Teoría básica. «Domesticación del libre albedrío»