Treinta, cantidades y vacíos, números ligeros…
Consonantes y materia débil,
cuya lentitud es el espejismo de un arpegio.

Soy la teoría de una luciérnaga,
y en mi pecho hay una taza recostada
acariciando el pudor de un alhelí.

Sufro la distancia de un silencio,
pulso alcohólico en el fragmento desnudo de mi memoria…

Una libélula ya no recuerda donde ocultó la cicatriz de su otra vida.

Ya es tarde en la orilla de un pájaro amarillo.

:camera:Masao Yamamoto