Tras tus ojos, siempre amanece la simetría líquida de mi alma

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Sé de un suspiro que logró ser un ave, en un beso…

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Versarte es la única respuesta que no necesito preguntar al viento

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¿Acaso has llorado sangre de mariposas en la memoria de un poemario?

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Muere un relámpago muy cerca de la hendidura donde anochecen sus ojos,
lugar donde se dobla la materia súbita del invierno y todo regresa a un vaso sin oscuridad

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La soledad me regaló la cronología de sus árboles, lo hermafrodita de mi espíritu…
En el útero de aquel silencio sano carretes y envolturas, caligrafías chuecas y el orden
alfabético de las guerras