El dinero es un arma.
La belleza es un arma.
El conocimiento es un arma.
El poder es un arma.
El talento es un arma.
La fama es un arma.

Y todos buscamos esas armas, porque nuestras almas están vaciadas en una guerra de migajas.

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Yo sigo siendo tan inocente que, me sigue alumbrando la bendita esperanza de que un día, los poetas gobernarán el mundo.

Facundo Cabral