Ale Pastore, seudónimo de Alessandra María Chávez Maggi. Es una poeta peruana. Nació y creció en Lima. Licenciada en comunicación social y audiovisual, artista multidisciplinaria. En la actualidad escribe una columna de prensa cultural en el Diario “Poder Edomex” de México. También forma parte del comité editor de “Códice – Revista de Poéticas”. Su obra aparece publicada en diversas revistas de Perú e internacionalmente con traducciones al portugués, italiano, inglés y griego. Recientemente ha publicado “La distancia del tiempo” (2020) y “Todavía oscura” (2022), por Gambirazio Ediciones.

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UMBRÍA

No te duermas como otras veces,
despierta del sopor.

Aún no son las doce.

Ven,
transita por las melancolías
y el caos del pensar,
que son altas vibraciones
de palabras.

Van y vienen,
como las mareas del océano o
el parpadeo de unos ojos luneros.

Yo doy a ti, el silencio y la soledad,
el baile de toda mi tristeza,
y en todo ello; las estrellas blancas
danzarán como lumbre,
coronando tus días.

Te mirarán y mirarán
y danzarán
y morirán en llanto.

Y su desmayo llegará
mientras esperas la noche.

Y en un ensayo,
seré el claro de luna de Beethoven
acariciándote este invierno.

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DONDE CANTAN LOS PÁJAROS

¿Dónde cantan los pájaros
cuando abren sus jaulas
que en nada asemeja
al paso del viento?

¿Dónde amainan los cielos
buscando en su generoso intento
abrazar todos sus huesos,
calmando el miedo y desasosiego?

Vuelo,
miedo,
miedo,
desasosiego
y más vuelo.

Ahí están,
cediendo los cantos a sus huesos.

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FURIA

Esta voz me está matando
aflora golpeando la negrura.

Esta voz que no entiende de vientos
¡solo humilla! y la piel respira
el olor rancio que destilan sus muertos.

Se ha llevado el ramo de novia
la guarida de mi alcoba
el cuerpo soleado entre pétalos.

Me muevo, deambulo, me embarro
mientras dibujo el paisaje y sus reglas
y descubro la brillantes de quien soy.

Las calles se abren a los débiles
las ventanas se cierran cuando caen las rosas.

Los luceros reverberan la dicha
mi cuerpo se expande entre tu furia.

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LAS ARBOLEDAS

Las arboledas se desvanecen,
etéreas,
luego de la flama bajo la tormenta
que deja rastros de cenizas.

Visualizo la vida,
como a la muerte.

Indivisibles e incuestionables.

Donde la vida vuelve al canto
y la muerte a su renacer.